Básquet Femenino en el Recuerdo: Jorge García, precursor en Teléfonos

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Actualizado: mayo 15, 2020

Nueva entrega de nuestra sección de Básquet Femenino en el Recuerdo.

Luego de su paso como jugador de Primera del club, Jorge García retornó a Teléfonos en 1967 para sembrar las bases del básquet femenino en la entidad. A sus 82 años, ya distanciado del deporte, García contó cómo fueron los primeros pasos del club dentro de la disciplina, y se refirió a los inicios del Minibásquet femenino en el Área Metropolitana.

-¿Cuándo y cómo fue que llegaste a hacerte cargo del básquet femenino de Teléfonos? 

Antes de ir a dirigir a Teléfonos había estado con la Primera de Villa Cerini, un club de barrio. Después hice el curso de entrenador de básquetbol en el Instituto de Deportes, en los años 1965 y 1966. Un año después empezamos con el Minibásquet y todas las categorías en Teléfonos, club del cual fui jugador también. Estuve varios años con todas las formativas y luego dirigí la primera femenina.

-En esos años se instauró la categoría de Minibásquet en el femenino. ¿Qué recordás de ese comienzo?

No estoy muy seguro si fue en 1967 o 68. La categoría ya llevaba varios años en el masculino, incluso con Encuentros. Yo estaba reclutando jugadoras para completar todas las inferiores de Teléfonos. Tras la determinación de la Asociación Femenina de crear la categoría Minibásquet, empecé a reclutar chicas para formar un equipo de hasta 12 años. El primer torneo de Mini lo jugamos cuatro equipos: Obras, Valentín Alsina, Comunicaciones y nosotros. El auge del Mini llegó años después, incluso con la creación de otras categorías como Premini y Mosquitos. Jugábamos los domingos por la mañana, mientras que todas las demás categorías lo hacían los sábados.

El equipo de Minibásquet de Teléfonos en 1968.

-¿Cómo fue el trabajo de reclutar desde cero? ¿Tenías ayudantes? 

Fue una etapa muy compleja. Trabajaba en un gimnasio con 50 chicas, y lo hacía solo. Sin ayudantes ni nadie que trabaje a mi lado, porque no se usaba en aquellos tiempos. En Teléfonos no existía la escuela, por lo que todas comenzaban de cero. Había alguna juvenil que conocía del juego, pero eran pocas. Había una profe de un colegio que llevaba a sus alumnas al club para la clase de gimnasia, yo las miraba y le pedía a la profe que las invitara para que vinieran a jugar al básquet. Así es que fui reclutando hasta conseguir ese grupo de aproximadamente 50. De ahí salió el equipo de primera, que tenía 14 jugadoras. Separaba a las chicas en dos turnos, unas ibas a un horario y otras a otro. Entrenábamos martes y jueves. Eran casi dos horas de entrenamiento con cada grupo.

-¿Cómo fueron aquellos primeros torneos?

Lo que yo intentaba era que todas las chicas tuvieran su oportunidad de jugar.  En Mini por reglamento cada jugadora tenía que estar en cancha al menos un cuarto y no podía jugar más de tres. En el resto de las categorías se jugaban dos tiempos de 20 minutos cada uno. Como dije antes, las Mini jugaban los domingos, infantiles, cadetes y juveniles los sábados. En inferiores se jugaba por zonas geográficas, como es ahora. Después se jugaba un playoff con los dos mejores de cada grupo. En el Superior era un torneo todos contra todos en dos divisiones, A y B. Primero y segundo iban a una ronda final de tres partidos por el campeonato.

El plantel de Teléfonos en 1976, comandado por Jorge García.

-¿En qué momento te llegó la oportunidad de dirigir a la Seleccion Nacional? ¿Cómo fue tu etapa allí?

En 1971 y 72 tuve a mi cargo la Selección Argentina de básquet femenina. Antes había sido ayudante de Pedro Batis, en 1970. Fuimos a un Sudamericano, a unas copas en Brasil y a los Juegos Rioplatenses en Montevideo. Recuerdo también que hubo una gira de China y Brasil por la Argentina, y jugamos contra ellas. En ese entonces la CABB no era económicamente estable. Yo dirigía porque era empleado del Banco Provincia y me daban la licencia deportiva. En Teléfonos sí tenía mis honorarios. En el ’72 quise producir una renovación. Había muchas jugadoras de avanzada edad en el plantel, así que llevé a un equipo con muchas juveniles a los Juegos Rioplatenses. Cuando hice esto desde la CABB me pusieron algunos peros, y como yo entrenaba al equipo por gusto y por orgullo, sin querer que me impongan nada, abandoné mi cargo.

La Selección Argentina en el Sudamericano de Lima en 1972.

-¿Cómo siguió tu carrera a partir de allí?

Volví a Teléfonos en 1972 después de dejar la Selección Argentina y dirigí el femenino hasta 1976. Después de eso, nunca más trabajé con el femenino. Con el masculino seguí hasta 1988 en diferentes clubes: Harrods, San Fernando, Sociedad Hebraica, Sportivo Escobar y  Sportivo Pilar.

-¿Cómo ves al básquet femenino hoy en día? 

Hoy en día el básquet femenino argentino es todo un éxito. No estoy del todo interiorizado, pero hoy tenemos hasta jugadoras de exportación, que pueden ir a jugar afuera. En mis años era un triunfo traer a las del interior a jugar a la Selección, a veces era imposible por los viajes y los deberes de cada una. Que haya jugadoras que puedan formarse en la NCAA (básquet universitario de Estados Unidos) e incluso jugar en ligas como las de Italia o España es increíble. El femenino ha crecido exponencialmente.

-¿Cómo era la  AFMB en tus tiempos, y de qué manera creés que ha crecido durante estos últimos años?

En lo referido a la Asociación el crecimiento ha sido muy grande también. Antes no se le permitía a un club de Burzaco, Berazategui o San Isidro jugar los torneos de AFMB. Habían ligas regionales muy pequeñas, y por un pacto de límites que había en la CABB, tenían que jugar ahí. Lo más lejos que pudimos llegar nosotros fue hasta Lanús en el sur y hasta Unión Florida en el norte. Actualmente es increíble la cantidad de afiliadas que tiene AFMB y como los clubes tienen cada vez más nenas, hasta en Mosquitos. Incluso se creó la Liga Nacional Femenina, algo que era completamente impensado. El básquet femenino en la zona metropolitana creció muchísimo, y que esté llegando a ser algo federal nos da la señal de que la expansión sigue y continuará por muchos años más.