Zaira Abraham: su rol como jugadora y entrenadora en Olimpo
Dentro de la estructura que conforma al básquet femenino de Olimpo de Lanús, Zaira Abraham ocupa un lugar muy importante. Además de formar parte del plantel de superior del club, que consiguió el primer puesto en su zona durante la primera fase, Zaira es profe de las nenas de minibásquet de Olimpo, con quienes mantiene una gran relación. A continuación, nos cuenta cómo se enamoró del básquet, cuál es la actualidad del equipo de primera, de las formativas, y cuáles son sus objetivos dentro del deporte.
-¿Cómo fue que comenzó tu historia con el básquet?
Mis comienzos fueron en el Club Lanus. A los ocho años pase por la cancha de básquet (mí mama me llevaba a patín) y me enloquecí. Esa misma semana empecé a entrenar. Pasábamos días enteros adentro del club, con los chicos del masculino. Verano, invierno, pileta, cancha, todo era una buena excusa para estar jugando. Después de muchos años fui pasando por algunos clubes hasta que llegué a Olimpo, de dónde no me fui nunca más. Ese club es mi segunda casa.
-Qué significa para vos formar parte del plantel de primera de Olimpo? ¿Cómo es la actualidad del equipo en el torneo Superior?
A esta altura, poder seguir haciendo lo que amo para mí es un placer. Es nuestro cable a tierra. «Es nuestro momento», como dice una amiga del equipo. Mientras pueda, seguiré en la primera de Olimpo. Este año salimos invictas en la primer fase, así que ahora estamos felices y en la A. Este sábado comienza la parte interesante de todo nuestro esfuerzo, del equipo de primera, de las inferiores que suben y del cuerpo técnico (Jony Escobar y Nacho Rodríguez).
-¿Cómo es entrenar a las más pequeñas del club? ¿Qué es lo que más disfrutas de ello?
Estamos en un muy buen momento con las categorías de minibásquet. Hay cantidad y calidad humana. Las familias acompañan cada partido, cada entrenamiento y cada actividad con mucho amor, responsabilidad y solidaridad. Tenemos mamás que se desviven por el club y que contagian eso a las madres que llegan, como es el caso de Ana Espinoza una líder natural que tira todo para adelante. Las más peques del club son una bomba de tiempo. Sólo les falta crecer y seguir aprendiendo, hay mucho material y compromiso. ¡Son lo más!
Sinceramente, lo que más disfruto es el momento donde me doy cuenta que ellas aman el básquet tanto como yo y lo adoptan como un estilo de vida. Los cambios que se van viendo son fantásticos, cómo se va formando el equipo, la idea de ayudarse entre ellas, o a una nena de otro club, cómo se va formando el carácter de cada una en la cancha. Es todo muy visible a esta edad. Cambian a pasos agigantados. Después, obviamente, disfruto de una bandeja, un tiro, un pase bien ejecutado y sobre todo de una lectura de juego bien hecha, ¡eso es hermoso a esa edad!
-¿Qué metas te pones dentro del básquet, ya sea como jugadora o entrenadora?
Como jugadora, mí meta es poder ser funcional al equipo para llegar lo más lejos posible. Creo que cada una tiene una función específica e importante para sumar al rompecabezas. Espero poder ser siempre una pieza que potencie al resto como el resto a mí.
Como entrenadora tengo siempre la misma meta: generar en las nenas los recuerdos más lindos por haber estado en Olimpo desde muy chiquitas y que aprendan todo lo que puedan y más. Este es un club que apoya al básquet femenino, hay una comisión directiva que siempre está ahí para lo que necesitamos, un Presidente al que no podría ponerle un adjetivo sin quedarme con gusto a poco. Él lleva el club adelante de una manera admirable, y lo más importante es que es de buena madera. Cuando potencia su calidad humana, amor por el club y capacidad, es imparable. El club ha crecido desde todos los ámbitos: infraestructura, actividades, material didáctico, cursos de RCP, enfermería, servicio de nutrición dentro del club, y mucho más.