Los padres también disfrutaron del Súpermini
La jornada final del Supermini, además de la algarabía de las niñas, tanto de Social Lanús como Centro Galicia, fue acompañada por la alegría de los padres, quienes con idéntico o mayor entusiasmo, se acercaron hasta el Templo del Rock y ver en acción a sus hijas. El aliento, los aplausos, los gritos de apoyo, fueron una constante durante el partido.
Asimismo, antes y después, los progenitores y familiares no decayeron en la alegría por estar compartiendo este momento único, observando a las jovencitas sentirse profesionales en un escenario mítico, disputando la gran final en la primera edición del Supermini.
«Me encanta que participen las nenas, me encanta este estadio y que ellas puedan jugar acá, con otros equipos a la misma altura, y lo puedan disfrutar», comenta Lily, una de las madres de Social, reflejando corporalmente todas las emociones de estar presente en un evento hermoso.
«A mi también me encanta, las nenas venían con muchas expectativas; nosotros jugamos en una cancha muy chiquita, y para ellas, estar en un estadio de semejantes características, con hinchadas, presentación de los equipos, es inolvidable. Pase lo que pase hoy, les quedará marcado para siempre», señala Julieta, otra de las madres llegadas desde el Sur, instantes antes de protagonizar uno de los juegos dispuestos por el conductor del evento, el cual debían dar vueltas con la cabeza apoyada en un bastón, para luego lanzar al aro desde diferentes posiciones.
«Para mí, todo esto es increíble; mi hija no hace mucho que juega, recién hace dos años, y eso para ella es un gran desafío. Se afianzó mucho al grupo, porque al ser mucho más competitivo a lo que juegan los domingos, y ante este marco, está muy bueno. La verdad, estamos muy contentas», expresa Lorena, madre de una jugadora de Centro Galicia, durante el entretiempo de una final cerrada y de alto nivel.
«Las nenas se afianzaron mucho como grupo, y eso sin dudas gracias a sus entrenadores. Si bien uno viene a ganar, no debemos olvidar que son chicas, y primero como asunto importante, está el hecho de divertirse. Uno siempre quiere ganar, pero si no se consigue, tampoco es la muerte. Ellas tienen que divertirse, y saber ganar como perder, porque el básquet les enseña que en todos los órdenes de la vida, se va a perder, nunca se puede ganar en todo», comenta Mariana, otra de las madres de Centro Galicia.
Las cuatro coinciden en que sus hijas descansaron sin problemas anoche, y los nervios por ser protagonistas de esta historia, en nada alteró sus rutinas de descanso.
«Igual están muy nerviosas», admite Lily, «los nervios de ayer, con la previa del primer partido, sumado a esta final, sin dudas las tiene en ese estado. Pero todos les dijimos que, pase lo que pase, es genial haber llegado a esta instancia. Ganar o perder es accesorio. Vinieron muy preparadas para ser parte de la fiesta, y los padres colaboramos en todo lo que pudimos. Creo que es una buena experiencia para todos. Con respecto a este evento, me gusta porque sale del circuito tradicional de competencia. Social viene bastante bien, y compiten contra chicas que también son guerreras, juegan muy bien, y en definitiva, está muy bueno para ellas, en su progreso», coinciden ambas mujeres de Social.
«Una siempre tiene un mejor día que otra, y el aprendizaje está en no reprocharse entre ellas cuando eso sucede; al contrario, siempre el lado positivo. Se alientan, cuando alguna no le salió una jugada, la compañera le dice que no pasó nada y que después saldrá. Eso se inculca todo en el club, es un trabajo de todo el año, de los entrenadores. Cuando las vemos ser presentadas como jugadoras profesionales, como madre no entras en si mismo del orgullo. Se sienten como si estuvieran en la NBA, con toda la familia, sea acá en Obras o por streaming. No todo el mundo puede venir, pero hay opciones de verlas, y no perderse esta oportunidad», puntualizan Lorena y Mariana.
No es un detalle menor lo del streaming: en la tarde del viernes, durante ambos encuentros simultáneos de las semifinales, más de mil personas siguieron las alternativas desde distintos dispositivos, marcando todo un éxito en el hecho de haber decidido transmitir los dos encuentros.
Una verdadera fiesta del Supermini, donde Centro Galicia se coronó campeón ante Social Lanús. Pero de manera aleatoria, la oportunidad que ambas entidades inscribieran sus nombres en esta primera edición. Y no solo las niñas lo disfrutaran, sino sus padres, quienes sentados en las tribunas, mostraron una inmensa algarabía de ver a sus hijas siendo parte de un evento maravilloso.