Julieta Vázquez, la profesora de un Berazategui finalista

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Actualizado: diciembre 2, 2017

Esta noche comienzan las finales del Super XII femenino, con Deportivo Berazategui y Obras Basket como animadores. Ambos conjuntos llegan a la cita máxima tras haber dejado en el camino a Vélez Sársfield y Lanús, respectivamente.

En el caso de las dirigidas por Juan Ferreira, tuvieron una serie donde fueron de menor a mayor, y en Villa Luro no dejaron dudas para doblegar a las locales, con una muy buena función colectiva de sus integrantes. Una de ellas fue Julieta Vázquez, quien en su función de trabajadora al servicio de las protagonistas, suma mucho con sus minutos, sea marcando a la media cancha rival, o aportando su cuota de goleo, como sucedió en la noche del jueves, cuando dos triples de su factura, resultaron decisivos para no permitirle a Vélez poder acercarse al objetivo de ganar por más de cuatro puntos y acceder a las finales.

Unas finales que tendrán por delante a Obras, y en el caso de Julieta, no las ve como una revancha de duelos anteriores, porque se unió al equipo en la segunda parte del año.

«A pesar de habernos enfrentado varías veces, las finales no son como ningún otro partido, sino totalmente distintos porque juegan los nervios más que nunca. Eso puede favorecer y hacer que tengamos un partido excelente o puede jugarnos una mala pasada. Pero como vos decías, a pesar de ser un equipo joven, todas tenemos muchos partidos decisivos encima. Y esa experiencia tranquiliza», comenta esta perimetral, llegada a la entidad a los cuatro años, y desde ese instante,unida a la institución. Y agrega:

«Me uní al equipo después de jugarse la Liga Nacional, por lo que capaz, no lo siento tanto como revancha. Más bien,  como un premio que me dio el equipo de volver y ya estar jugando a este nivel y una final de torneo».

Julieta estuvo con el equipo B durante 2014-15, y en el 2016 no jugó, por lo que esta chance la toma con alegría y agradecimiento. Su función en el equipo es llegar desde la banca y darle minutos de descanso a las titulares. Cuando esté dentro del rectángulo, un despliegue con rol absoluto, de pleno sacrificio.

«Estaba acostumbrada a otro tipo de juego, donde la pelota pasaba mucho por mí y tomaba muchas más decisiones. Hoy me toca tener otra función, y estoy descubriendo este juego que es nuevo para mí y el cual disfruto mucho también. Por suerte las chicas en el equipo me incluyeron desde el principio y me hacen sentir muy cómoda», menciona.

Berazategui ha crecido de manera notable los últimos años en el básquet femenino, y su nombre ya está ligado en el plano nacional. Por eso, a pesar de estar prácticamente toda su vida en la entidad, habla como una recién arribada, porque en estas temporadas han desfilado varios de los nombres más rutilantes del ámbito argentino.

«Vivo a diez cuadras del club. Empecé a los cuatro años porque lo había hecho mi hermana Paula, con siete. Salía del jardín y me iba directo a entrenar, me sacaba el guardapolvo y abajo tenía la ropa del club. El club siempre la remó de abajo; con mucho esfuerzo de todas empezamos a ganar torneos y crecer, y después varias chicas del interior o que habían crecido en otros clubes empezaron a sumarse y formar parte», añade.

Aparte de la pasión por el básquet, Julieta posee otra faceta en su ámbito privado y laboral: es profesora de matemáticas. Y ya tiene decidido en el 2018 comenzar a estudiar la Licenciatura de la misma materia.

«Trabajo en secundaria, tengo alumnos entre 11 y 18 años. De hecho varios de ellos son jugadores del club», comenta.

Sin dudas, debe ser llamativo para quienes no la registran del club, saber que la profesora juega al básquet y en una institución con peso fuerte en las competencias nacionales.

«Si, les sorprende mucho cuando les cuento o hablamos de eso; algunos ya me conocen pero otros ni se imaginan», afirma.

Julieta Vázquez. Un auténtico soldado al servicio de los generales en un Berazategui que esta noche recibe a Obras Basket por la primera final del Super XII.

Esta noche comienzan las finales del Super XII femenino, con Deportivo Berazategui y Obras Basket como animadores. Ambos conjuntos llegan a la cita máxima tras haber dejado en el camino a Vélez Sársfield y Lanús, respectivamente.

En el caso de las dirigidas por Juan Ferreira, tuvieron una serie donde fueron de menor a mayor, y en Villa Luro no dejaron dudas para doblegar a las locales, con una muy buena función colectiva de sus integrantes. Una de ellas fue Julieta Vázquez, quien en su función de trabajadora al servicio de las protagonistas, suma mucho con sus minutos, sea marcando a la media cancha rival, o aportando su cuota de goleo, como sucedió en la noche del jueves, cuando dos triples de su factura, resultaron decisivos para no permitirle a Vélez poder acercarse al objetivo de ganar por más de cuatro puntos y acceder a las finales.

Unas finales que tendrán por delante a Obras, y en el caso de Julieta, no las ve como una revancha de duelos anteriores, porque se unió al equipo en la segunda parte del año.

«A pesar de habernos enfrentado varías veces, las finales no son como ningún otro partido, sino totalmente distintos porque juegan los nervios más que nunca. Eso puede favorecer y hacer que tengamos un partido excelente o puede jugarnos una mala pasada. Pero como vos decías, a pesar de ser un equipo joven, todas tenemos muchos partidos decisivos encima. Y esa experiencia tranquiliza», comenta esta perimetral, llegada a la entidad a los cuatro años, y desde ese instante,unida a la institución. Y agrega:

«Me uní al equipo después de jugarse la Liga Nacional, por lo que capaz, no lo siento tanto como revancha. Más bien,  como un premio que me dio el equipo de volver y ya estar jugando a este nivel y una final de torneo».

Julieta estuvo con el equipo B durante 2014-15, y en el 2016 no jugó, por lo que esta chance la toma con alegría y agradecimiento. Su función en el equipo es llegar desde la banca y darle minutos de descanso a las titulares. Cuando esté dentro del rectángulo, un despliegue con rol absoluto, de pleno sacrificio.

«Estaba acostumbrada a otro tipo de juego, donde la pelota pasaba mucho por mí y tomaba muchas más decisiones. Hoy me toca tener otra función, y estoy descubriendo este juego que es nuevo para mí y el cual disfruto mucho también. Por suerte las chicas en el equipo me incluyeron desde el principio y me hacen sentir muy cómoda», menciona.

Berazategui ha crecido de manera notable los últimos años en el básquet femenino, y su nombre ya está ligado en el plano nacional. Por eso, a pesar de estar prácticamente toda su vida en la entidad, habla como una recién arribada, porque en estas temporadas han desfilado varios de los nombres más rutilantes del ámbito argentino.

«Vivo a diez cuadras del club. Empecé a los cuatro años porque lo había hecho mi hermana Paula, con siete. Salía del jardín y me iba directo a entrenar, me sacaba el guardapolvo y abajo tenía la ropa del club. El club siempre la remó de abajo; con mucho esfuerzo de todas empezamos a ganar torneos y crecer, y después varias chicas del interior o que habían crecido en otros clubes empezaron a sumarse y formar parte», añade.

Aparte de la pasión por el básquet, Julieta posee otra faceta en su ámbito privado y laboral: es profesora de matemáticas. Y ya tiene decidido en el 2018 comenzar a estudiar la Licenciatura de la misma materia.

«Trabajo en secundaria, tengo alumnos entre 11 y 18 años. De hecho varios de ellos son jugadores del club», comenta.

Sin dudas, debe ser llamativo para quienes no la registran del club, saber que la profesora juega al básquet y en una institución con peso fuerte en las competencias nacionales.

«Si, les sorprende mucho cuando les cuento o hablamos de eso; algunos ya me conocen pero otros ni se imaginan», afirma.

Julieta Vázquez. Un auténtico soldado al servicio de los generales en un Berazategui que esta noche recibe a Obras Basket por la primera final del Super XII.

FOTOGRAFÍA: Diego Caamaño y Fernando Sánchez para Prensa FeBAMBA