Melina Bogliolo, entrenadora de las minis en Teléfonos
“Aparte de enseñar a las chicas, busco transmitirles lo feliz que fui jugando y conociendo el básquet; armando equipos de amigas, porque este es un deporte muy completo desde lo humano. Quiero que se diviertan, que les guste jugar básquet, no se frustren mientras aprenden. Como club no somos ajenos a la difícil situación que se vive, y debemos poner mucho de uno mismo, pero se hace por los chicos; y cuando las veo disfrutar en los entrenamientos o partidos, me hace feliz y llena día a día. Entonces, mi función es intentar recrear en ellas todo lo vivido cuando tuve su edad”.
Las palabras corresponden a Melina Bogliolo, jugadora, entrenadora, monitora, oficial de mesa e hija de una familia ligada plenamente a Teléfonos, y refieren a su actualidad como formadora del minibásquet femenino de la entidad ubicada en el norte del Gran Buenos Aires. A poco de un nuevo Encuentro, se muestra entusiasmada por volver a decir presente.
“Se dejó de participar por muchos años, había desaparecido esa forma de intercambio con clubes del interior, donde se los recibía y también viajaba. A partir del 2016 lo retomamos, tuvimos la oportunidad de viajar a Sport Club; siendo pocos nos organizamos, lo pudimos realizar y las nenas pasaron un fin de semana increíble en Cañada de Gómez. En este vamos con Nueve de Julio, con mayor organización, con padres nuevos a la espera de recibir más información, con nenas quienes no conocen aún los miniencuentros. Estamos abocados a que ellas puedan experimentarlo, viajar y divertirse como cuando lo hice yo a esa edad”, agrega.
Comenzó a jugar a los cuatro años, siendo hija única de Eduardo y Adriana, quienes ya desde ese entonces estaban integrados a la familia societaria de Teléfonos. Junto a esta actividad había judo, tenis, vóley y fútbol. Salvo este, practicó todos los demás y con el transcurso de los años fue dejando la versatilidad de deportes para enfocarse en lo que más le gustaba y despuntaba como incipiente pasión. Fue en el básquet donde conoció a su amigas, varias con quienes sigue manteniendo ese vínculo.
“Mi primera entrenadora fue Rosita (Spañolo), un auténtico baluarte en el club, y en el caso familiar, quien le decía a mi mamá que me debía llevar a jugar. El problema estaba en que mi mamá jugaba al voley y deseaba llevarme allí, pero tanto insistió Rosita que me dejó ir, y ahí comencé”, agrega.
Entre todas las etapas vividas en la institución, está la actual como entrenador y formadora de las minis.
“Surge esta posibilidad porque el básquet se metió en mi vida, estaba ahí todo el tiempo ayudando; entonces en el 2003 salió la chance de ser monitora de Nicolás Dinardo. Luego se va y llegó Martín Sánchez, continuando con idéntica función, además de ser la oficial de mesa. Pasado un tiempo me volvió a picar las ganas de insertarme con mayor profundidad y entonces hice el curso de entrenador; entonces ya mas grande pude arrancar con la doble función de entrenar y ayudar junto a Agustín Marengo”, comenta.
Se expresa de una manera muy didáctica, y por esa razón se le pregunta si es docente.
“No, es una cuenta pendiente en mi vida, ser maestra jardinera o profesora de educación física, pero me decidí estudiar Diseño, Imagen y Sonido, porque siempre me gustó la fotografía y el cine”, responde.
Habla como jugadora de la Primera, y refleja no estar en el mejor de los años a nivel club.
“De año pasado solo quedamos dos jugadoras, porque hubo un recambio grande. El entrenador es Marcelo Cirillo, y en esta segunda parte del año nos tocó descender por no poder completar mini y por esa razón estamos en la zona B; de todos modos el lado positivo es haber podido formar otra Primera femenina. Somos dos equipos diferentes, entrenamos en lugares distintos, y en el conjunto B están todas mis amigas; a principios de temporada nos fue bastante difícil competir en la A con el primer equipo, porque nos medimos contra rivales con otro ritmo y jerarquía, tales los casos de Obras, Unión Florida, Vecinal de Munro, Sunderland. Igual admito que me encanta a pesar de las condiciones en las que me encuentre competir contra esos equipos, tener ese roce; perdimos por una diferencia alta, pero enfrentarme a chicas de la Selección Argentina, viviendo de esto dedicadas full time al básquet, me pone bien”, expresa.
Comenzada la segunda parte de competencia, el fixture puso a los dos conjuntos de Teléfonos frente a frente, brindando un encuentro cargado de emoción donde las A vencieron por la mínima en el último segundo.
Más allá de no poder completar en esos meses la cantidad de niñas en el mini, crecieron.
“Estamos consolidando las bases; las preminis siguen viniendo desde el año pasado y se sumaron tres más. Pero también es difícil, porque para poder cumplir con lo requerido, deberíamos ficharlas y los padres a veces no quieren aún, las nenas tal vez se abruman. Entonces se debe dar tiempo; quizás ya tenés las diez chicas pero no podés presentarla a todas. El minibásquet femenino lleva su tiempo, y en esa transición repartimos volantes por la zona, hablamos con colegios, intentamos que las niñas traigan amigas. Está difícil, no lo vamos a negar pero de a poco vamos mejorando y de hecho lo estamos en relación al 2016. En este deporte se depende mucho del padre y nosotros también estamos sujetos a sus decisiones”, menciona.
Para el final, se le pide, habiendo transitado por todos los sectores inherentes al básquet, sueños o proyectos por cumplir.
“En lo personal, siempre me gustó haber podido formar parte de la Selección; claramente es una etapa terminada porque no lo voy a cumplir. Pero no tan pendiente, porque pude competir con esa camiseta (con el maxibásquet) y sentir esa pasión de manera completa. Ese anhelo lo reemplacé con esta entrenadora que se está formando en mí pueda integrar un cuerpo técnico de algún seleccionado. También espero ver el momento donde mi club salga de esta situación, que se vuelva a llenar de chicos y puedan elegir entre muchas disciplinas deportivas; puedan vivir lo que viví de joven. Estamos trabajando en eso y seguro lo vamos a conseguir”.
Melina Bogliolo, toda una vida en Teléfonos, y en su rol actual de formadora en el minibásquet femenino, aportando su granito de arena para fortalecer las bases y cristalizar su anhelo de ver a su club nuevamente como aquellos años.