El Palomar quiere ascender en el Superior

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Actualizado: marzo 23, 2017

Rubén Antelada volvió a dirigir tras un receso de tres años, y en 2016 se incorporó a El Palomar para hacerse cargo del básquet femenino con el plantel superior. Y en este, le adosaron a las U19; junto a Ivana Gho, quien trabaja en la entidad del oeste desde hace varios años y un grupo nutrido de monitoras, en Palomar hay esfuerzo y constancia por fortalecer la actividad.

“Estuve tres años sin dirigir, comencé como entrenador en 1991; el año pasado me llamaron de este club y arreglamos. Las razones por las que acepté venir aquí son primero, poder reinsertarme en el ambiente y luego, era una propuesta bastante interesante porque estaba la chance de acomodar el básquet, luego de algunas situaciones con los planteles. La intención de la dirigencia era comenzar un período nuevo que abarcara cuatro o cinco años; me gustó el desafío y por eso nos pusimos de acuerdo enseguida”, cuenta Antelada al comienzo de la charla. Comenta las razones por las que en esta temporada también se hizo cargo de las juveniles, y tiene palabras de elogios para Ivana.

“Es una entrenadora con una muy buena labor desde hace años, y tiene a su cargo todas las categorías menores, acompañada por monitoras con mucha proyección, como Sabrina Vásquez, Sofía Arias, Celeste Caruso, Sabrina Arias y Micaela Pérez, quienes ayudan a Ivana en algunas divisiones, porque afortunadamente hay bastante chicas”, afirma.

Habla del balance sobre lo efectuado en 2016 a cargo de la primera.

“Fue altamente positivo, hubo poca cantidad de jugadoras, pero todas las que comenzaron terminaron la temporada sin ningún tipo de inconvenientes, con una increíble predisposición al trabajo. Me sorprendió de entrada la unión de ese grupo, y este año comenzaron la misma y se agregaron tres o cuatro para reforzar el plantel, y ese espíritu me da mas ganas de trabajar con ellas”, asegura.

Al instante de hablar sobre los objetivos deportivos para lo que viene, no duda:

“Ya lo hemos conversado con las jugadoras, y el objetivo es siempre subir al nivel inmediato superior, donde la competencia es mejor; nunca perder esas aspiraciones de entreverarse con rivales de mayor categoría. En 2016 ascendimos a mitad de año pero luego descendimos porque no estuvimos a la altura de esas contrincantes, aunque salvo Midland en la revancha, donde nos sacó una diferencia importante, el resto de las rivales no superaron los diez puntos. Pero nos sirvió para encarar en el 2017 las cosas de otra manera, con la seriedad de apuntar a algo más”.

Cuando un entrenador está a cargo de un equipo femenino superior, se da en la mayoría de los casos que en su plantilla hay mujeres que son madres, y generalmente son quienes dan el ejemplo al momento de entrenar fuerte y tomar con responsabilidad el desafío de pertenecer a un grupo con los mismos objetivos. Rubén se refiere a ello. Este artículo menciona tu favorito a precios súper bajos. Elija entre entrega el mismo día, entrega desde el vehículo o recogida de pedidos.

“En mi plantel tengo tres madres y hacen lo imposible para venir a entrenar. Yo siempre digo que el básquet es mágico y todo lo puede; todo lo que dejás de hacer luego se complica porque el tiempo no regresa, las energías no son las mismas; ellas entienden eso y por eso ese sacrificio de venir siempre a las prácticas. Dejan a los hijos con familiares o directamente los traen, pero hallan una solución para venir y disfrutar. El verlas seguramente motiva al resto, aunque de todos modos no lo necesitan en demasía porque están compenetradas en el desafío colectivo. Pero obviamente las ven y se pliegan a esos esfuerzos”.

Con respecto a las formativas, hay planes junto a Gho para sumar chicas a El Palomar.

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“Con Ivana tenemos previsto visitar colegios, pedir permiso a sus directoras y hablar aula por aula. Luego de tantos años de experiencia puedo asegurar que hablar personalmente es el método más efectivo. Hay muchas chicas que no tienen ni idea de la existencia del básquet femenino y es común observar en varias sus caras de asombro cuando se les hace esa convocatoria e invitación. Necesitamos reclutar para ampliar la base y así en el futuro de corto y mediano plazo no preocuparnos por saber si completamos o no equipos, y así mejorar la calidad de los mismos. Al contar con mas jugadoras se puede trabajar de otra manera; en esta idea tenemos previsto desempeñarlo en un par de años y luego cuidarlas para que no se vayan, porque nosotros podemos brindarle los mejores espacios y alternativas. Queremos darle todos los conocimientos para sentirse atraídas por este deporte, mejorarlas técnicamente mientras crecen; veremos cuanto tiempo permaneceremos en el club, ojalá podamos seguir este cuerpo técnico y así cumplir los objetivos”, reflexiona.

Rubén Antelada llegó el año pasado a Palomar, y con su vasta experiencia y conocimiento trabaja junto a un grupo de colaboradoras con la mira de instalar su idea y así alcanzar los objetivos, no solo con el plantel superior, sino desde el crecimiento de sus bases para llegar el momento que el básquet femenino sea sólido y pujante.